No podía hacer otra cosa que deleitarse con aquel espectáculo. La sensación embriagadora que le rodeaba, convertía todo aquello en algo idílico. Así pues, continuó con su taréa.
Poco tiempo después, sus compañeros le espetaron que terminase, tenían que irse a otro lugar pues el trabajo no había concluido. La sangre aún estaba fresca y era mejor dejar las cosas como se encontraban.
Nunca podría olvidar aquel día, todo el trabajo que hizo y lo feliz. Es curioso lo que puede cambiar la vida cuando te dedicas a salvar vidas en un quirófano. Fue su primera vez con personas reales y nunca imagino que le resultaría tan sencillo. Todos sus compañeros le comentaron que la primera vez era la más dura, pero a él le gustó.
Mooola, un poco de narrativa actual. Aunque si te digo la verdad al leer el primer párrafo me imaginé a un vampiro o algo parecido, pero está genial. A ver para cuando la próxima entrega.
Shálafi, está hecho a propósito y en tu honor. ¿No querías sangre? Pues ahí la tienes 😛
¿carter hay que abrir el torax? y el carro de parada?
talueeeeee
asias por la dedicatoria ^^